Tangos para Agus

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Barbeta

Sólo por esta letra, Homero Manzi merece ser recordado como uno de los grandes poetas del Tango,

Ya nunca alumbraré con las estrellas
nuestra marcha sin querellas
por las noches de Pompeya

Pero «Barbeta», como la llamaban sus amigos (por motivos obvios), hizo y fue mucho más…

No era porteño. Nació el 1 de noviembre de 1907 en Añatuya, Santiago del Estero, donde transcurrió su primera infancia junto con sus padres y sus ocho hermanos.

Tampoco se llamaba Homero Manzi, sino «Homero Nicolás Manzione Prestera»

A los nueve años, ya era un pibe del barrio porteño del Pompeya, a donde se había mudado con su madre, mientras su padre permanecía trabajando en su ciudad natal.

Pronto reconoció su vocación de escritor, como autor de teatro y poeta. Apenas con 15 años, escribió el primer tango del que se tenga registro. Bueno, en realidad era un vals, titulado «¿Por qué no me besás?«, y que fue grabado por Ignacio Corsini en 1928. También de esa época adolescente es su tango «Viejo ciego».

Homero Manzi trabajó como periodista, y como profesor de literatura en colegios nacionales. Afiliado radical, fue encarcelado por la revolución de 1930. Al recuperar la libertad, había sido expulsado de sus cargos docentes. Así que se dedicó de lleno a su pasión por el tango.

Gardel llegó a grabar dos de sus «milongas» con música de Sebastián Piana. ¡Flor de espaldarazo para un poeta tan joven! En 1931, «Milonga sentimental»,

Y en 1932, «Milonga del 900», de una calidad poética sin precedentes en el género.

Me gusta lo desparejo
y no voy por la «vedera».
Uso funghi a lo «Massera»,
calzo bota militar.

Para que se entienda: en Lunfardo funghi o funyi significa sombrero. ¿Y Massera? ¿quién fue? Bueno, Agus, esa es una figurita difícil.

Se trata en realidad de un tal «Pascual Massera», un genovés fabricante de sombreros que vivía en la zona de Chacarita. Así que en su tango, Manzi se está refiriendo a un sombrero, llamado Fédora (por licirlo Sarah Bernhardt en una obra de ese nombre) o Borsalino (por su fabricante italiano), que estaba muy de moda en aquella época y que quedó para siempre asociado al Tango. Es parecido al que usas en la foto de este blog, pero con el ala un poco más angosta y el cinto más ancho. Aquí tenés a un ejemplo. Ja, ja…

Humphrey Bogart luciendo un «Funghi a lo Massera», o Fedora, en la famosa película «Casablanca».

La «bota militar» era un zapato puntiagudo, más recortado que el de media caña, usado popularmente como calzado de calle y, por lo que dicen, muy cómodo para bailar.

Y, respecto del último verso de la tercera estrofa, «¡soy hombre de Leandro Alem!», se refiere al fundador de la Unión Cívica Radical. Cuando visitaste el Club del Progreso, habrás visto la famosa mesa donde falleció.

Leandro N. Alem (1842 – 1896)

No está tan fuera de lugar su mención de Alem, ya que Manzi fue un militante radical, pero opuesto la dirección alvearista, lo que lo llevó a participar de la fundación de la «Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina», o FORJA.

En 1934 escribió «Después», con letra de Hugo Gutiérrez.

Y en 1941, uno de sus más grandes éxitos: «Malena», con música de Lucio Demare. Aquí en la voz de un intérprete bastante inesperado…

1942 fue un año de grandes composiciones: «Barrio de Tango», con música de Aníbal Troilo,

«Fueye», con música de Charlo,

y «Ninguna», con música de Raúl Fernández Siro, aquí interpretado por el famosísimo Alberto Castillo, acompañado por un joven Aníbal Troilo en el bandoneón,

En 1943 escribió «Tal vez será su voz», con música de Lucio Demare,

en 1944, «Fruta amarga», con música de Hugo Gutiérrez,

y en 1945, «Fuimos», con música de José Dames,

A fines de 1947, Homero Manzi pasó del radicalismo al peronismo. Testigo de esta conversión fue su milonga «Versos de un payador al General Juan Perón», escrita en 1949 con música de Hugo del Carril, quien también le puso la voz. Aquí va más por su valor histórico, que por sus cualidades poéticas o musicales,

En 1948 fue elegido presidente de SADAIC, lo cuál era bien merecido ya que no sólo escribió tangos, sino que también fue un prolífico guionista de cine. Entre sus más de veinte guiones se destaca el de la primera gran película del cine argentino: «La guerra gaucha» de 1942,

Inclusive se animó a dirigir, con éxito, dos películas con guión propio: En 1948 «Pobre mi madre querida», y en 1950 «El último payador» (sobre la vida del payador José Bettinotti).

Ya que estamos hablando de cine, digamos que en 2009 se estreno una película sobre su vida:

Mientras dirigía sus dos películas, Manzi ya estaba gravemente enfermo de cáncer. A pesar de ello, todavía le quedó resto para escribir «Che Bandoneón», con música de Aníbal Troilo

y «El último organito», con música de su hijo Acho

Homero Manzi falleció el 3 de mayo de 1951. Sólo tenía 43 años.

Obviamente, la esquina de «San Juan y Boedo» lleva el nombre de «Homero Manzi».

En una de las esquinas está el bar «Homero Manzi» y, en otra, el restaurante «Sur». Y bueno, supongo que es una forma válida de homenajear a uno de los mayores poetas del Tango.

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