Tangos para Agus

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Canaro en París

En 1925, Amadeo Garecio, director de una agencia de contratación, impulsó a Francisco Canaro a presentarse en París. El 10 de marzo partió junto con su esposa en el vapor Alsina. El resto de los músicos lo hicieron poco después en el vapor Lutetia. El grupo incluía a sus hermanos Juan, en bandoneón, y Rafael, en contrabajo.

Debutaron el 23 de abril en la sala «Florida», ubicada en el vestíbulo del teatro «Apollo».

Debían vestir como gauchos, ya que había una reglamentación que se aplicaba a las orquestas integradas por extranjeros. Para dar más exotismo a sus presentaciones, el mismo Canaro recitaba estrofas del Martín Fierro. De a poco fueron borrando de las carteleras a los imitadores que ejecutaban al estilo «argentino», pero ni sabían hablar español.

Canaro en París

Ese «auténtico» espectáculo de tango fue un gran suceso. Las mesas debían reservarse con varios días de anticipación. Y este éxito llegó a conocerse en Buenos Aires por las noticias que enviaba el periodista Fernando Ortiz Echague quien, en ese momento se encontraba en París.

Y aquí hago una digresión: Conociendo el impacto que estaba causando en el exterior, ese mismo año Juan Caldarella (1891 – 1978) le dedicó a Canaro un tango que había escrito con los mellizos Alejandro (1904 – 1970) y José Scarpino (1904 – 1974). Se trata del famoso «Canaro en París», grabado por el mismo Pirincho al año siguiente. Aquí va en la versión de Rodolfo Mederos:

De Francia, la orquesta de Canaro pasó a Alemania, y siguieron Madrid, Barcelona y Nueva York, donde se anunciaba:

» … el tango puede ser bailado simplemente caminando al ritmo del fox-trot lento haciendo una pausa en el cuarto paso. Si únicamente uno se acuerda de hacer tres pasos y detenerse en el cuarto, el tango es suyo». 

La orquesta de Canaro parecía estar en todos lados al mismo tiempo… y así era. Ya que sus dos hermanos crearon orquestas gemelas, incluyendo una de Jazz, que se presentaban en distintos lugares de Europa.

Estando en París, Canaro compuso su famoso vals-tango «Corazón de oro»

De esta larga y pionera gira internacional, Canaro regresó a Buenos Aires con fama y fortuna, y habiendo adaptado su estilo al de la Guardia Nueva.

De hecho, Canaro hizo de puente entre la Guardia Vieja y la Nueva. En los años 50, para referirse a algo muy antiguo se decía «De cuando Canaro ya tenía orquesta».

Canaro y su orquesta (c. 1930)

También supo administrar muy bien su carrera y sus ganancias. «Tiene más plata que Canaro» era sinónimo de opulencia. El pobre pibe que se había construido su propio violín de lata, había alcanzado el éxito. Si hasta Gardel le dijo una vez que «Yo soy pobre, y vos tenés toda la guita del país».

Y hablando de Canaro y Gardel, aquí tenés un breve diálogo entre ambos, filmado el 5 de diciembre de 1930:

Ambos fueron grandes amigos. Gardel le grabó unos veinte temas. Y en 1936, en los actos que se realizaron en el Luna Park antes del entierro de Gardel, la orquesta de Canaro, ampliada con otros músicos, tuvo el triste privilegio de interpretar «Silencio».

En 1935 fue una figura central en la creación de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores SADAIC. Inclusive llegó a donar el terreno donde se construyó su edificio central.

Entre sus varios amoríos, se destaca el que inició con la cantante Ada Falcón en 1929. Dicen que un día de 1938, Marta Gessaume, esposa de Canaro, entró al estudio de grabación y encontró a Ada sentada en las rodillas de su marido. Y dicen también que la corrió a punta de pistola, literalmente.

En 1940 Canaro se nacionalizó argentino.

Todavía se discute el número de sus composiciones, y cuantas de ellas son realmente propias o compradas a otros. De su puño y letra son, por ejemplo, «Sentimiento gaucho» (1924), tango con el cual ganó el primer concurso organizado por la discográfica Odeón.

… y «La última copa» (1927) con letra de Juan Andrés Caruso,

Canaro y sus conjuntos trabajaron mucho en la radio. Como ya sería ocioso mencionar, fue testigo de las primeras transmisiones en Argentina, de las cuales se cumplió hace pocos días el primer centenario.

También son muchísimas sus grabaciones, que se cuentan -literalmente- por miles. Hay una «colección completa» con 120 discos.

Y en este sitio podrás encontrar una discografía detalladas. Vale mencionar que la primera grabación en estereo en Argentina, fue realizada por la orquesta de Canaro para el sello EMI-Odeón en 1959.

Canaro fue también una figura importante del teatro. Por ejemplo, su comedia musical «La muchachada del centro», estrenada en 1932 con la actuación de Tita Merello y Tito Lusiardo, alcanzó más de 900 representaciones.

Canaro también fue productor cinematográfico, fundando la compañía «Río de la Plata». Pero no tuvo éxito:

«el cine sonoro fue un sonoro fracaso para mí, y me dejó mudo»

¿Cómo sonaba una orquesta de Canaro? En este breve fragmento de la película «Con la música en el alma» de 1951, podés ver y escuchar un mix de tangos muy conocidos:

https://youtube.com/watch?v=2E4e8KK9zdI

En 1961 la orquesta de Canaro realizó una gira por Japón. Debutaron en Tokio, en el teatro «Koma», ante una audiencia de 2500 espectadores. El Tango estaba muriendo en Argentina, pero renacía en Japón. Este tema dará para otra entrada.

Ah… Y al final de su carrera volvió a recrear su «Quinteto Pirincho»…

A las 15:30 hs del 14 de diciembre de 1964 Canaro falleció de una extraña enfermedad, Osteítis deformante. Hacía pocas semanas que había cumplido 76 años.

Dos últimos comentarios. En 1996, el argentino Luis Bacalov ganó el Oscar a la mejor partitura dramática original para la película «El cartero» de Michael Radford.

Lamentablemente, en los créditos de la película no se mencionan al cantante (Gardel), al autor de la música (Canaro) o de la letra (Amadori). Y eso que el tema, leitmotiv del personaje (Pablo Neruda), se escucha en cinco escenas distintas.

Finalmente, en 2001 Canaro fue nominado para los Latin Grammy en el rubro «mejor canción escrita para un medio audiovisual», por la milonga «Se dice de mi» (de 1943), que formaba la cortina musical de la telenovela «Yo soy Betty, la fea».

Para comparación, la famosa interpretación de Tita Merello:

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