Tangos para Agus

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Ni es cielo ni es azul

Según el diccionario de la Real Academia Española, la «metáfora» es una figura retórica que consiste en

La traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita, como en las perlas del rocío, la primavera de la vida o refrenar las pasiones.

La metáfora es tan antigua como la literatura misma, inclusive anterior a la palabra escrita. Ya la Ilíada de Homero nos habla de una «oscura nube de enemigos».

La metáfora es de un uso tan habitual en la poesía y en la canción, que a veces pasa desapercibida. Por otra parte, ni su presencia representa una marca de calidad, ni su ausencia es señal de falta de inspiración. Aunque algunas letras son tan lineales que te vacían el cerebro…

Love, love me do
You know I love you
I'll always be true
So please
Love me do
Whoa, love me do

Para hablar de la metáfora en el tango elijo a Homero Expósito quien, en mi opinión, llevó la poética tanguera a su mayor grado de evolución. Aún en sus tangos más banales, se pueden encontrar metáforas hermosas y hasta audaces. Escucha, por ejemplo, el tango «A bailar» (1943)

Roberto Goyeneche: «A bailar»

El tema es «trivial», una simple invitación a bailar el último tango antes de que se vaya la orquesta… Sin embargo, uno encuentra joyas como…

El último tango perfuma la noche,
un tango dulce que dice adiós.
La frase callada se asoma a los labios

En sentido literal, un tango no tiene perfume, y una frase no puede ser callada, ¿o sí? A este último tipo de metáfora se la llama «oxímoron«, donde se unen dos conceptos opuestos, como ocurre con la mención de una «muda voz» en el hermoso tango «El milagro» (1946).

Roberto Goyeneche: «El milagro»

Estas metáforas son bastante simples, pero otras son de un enorme vuelo estilístico que llega a trascender la supuesta simplicidad de la música popular. En «Óyeme», Expósito nos habla de una muerta tan inesperada y brutal como «un arco de violín clavado en un gorrión»…

Otros tangos de Expósito están construidos casi enteramente en base a metáforas. Ya desde el comienzo, el tango que sigue nos cuenta sobre unas trenzas que son de seda, y que esta seda es dulce. Y, a partir de esta sinestesia, las metáforas se encaden y suceden sin dar respiro.

Lidia Borda, Brian Chambouleyron y Esteban Morgado: «Trenzas» (1945)

Lo mismo ocurre en este vals de 1947, que arranca contándonos que la joven «deshojaba noches» esperando un beso, mientras que el, «soñaba con el beso grande de la tierra en celo».

Raly Barrionuevo: «Flor de lino»

Y bueno, Agus, para terminar, te dejo aquí un enlace al disco donde Goyeneche homenajea a Homero Expósito cantando catorce de sus temas. Mientras los escuchás, te recomiendo prestar atención a las letras, y vas a encontrar expresiones como estas (tomadas de los primeros cuatro tangos del álbum),

  • Un arrabal con casas que reflejan su dolor de lata
  • Tu luz […] es una cruz
  • Allí conversa el cielo con los sueños de un millón de obreros
  • Camino del percal
  • Y en el ayer tirados se han quedado acobardados tu percal y mi pasado.
  • El ayer se hizo grillo hasta la aurora
  • El breve fin brutal de la magnolia entre la nieve.
  • Más pura que la luna sobre el mar
  • Ya da la noche a la cancel su piel de ojera…
  • Ya moja el aire su pincel y hace con él la primavera…
  • Eres algo para todos, como un desnudo de vidriera…
  • La verdad, que es restregarse con arena el paladar

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