Tangos para Agus

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Roncallo

Como hace un par de semana hablamos de los organitos de la marca Rinaldi-Roncallo, se me ocurrió escribir sobre un personaje olvidado de la historia de Tango. Me refiero a José Luis Roncallo.

Posiblemente, «El choclo» sea el tango más conocido a nivel mundial.

  • Todos saben que su autor es Ángel Villoldo (1861 – 1919).
  • Algunos saben que se basa en una melodía atribuida a Casimiro Alcorta (1840 – 1913).
  • Algunos más saben que fue estrenado el 3 de noviembre de 1903 en el restorán «El Americano» por la orquesta de José Luis Roncallo.
  • Otros saben que fue presentado como «danza criolla», ya que el tango era una música marginal, para nada digna de un restorán de categoría.
  • Pero pocos saben que la partitura de ese famoso tango fue escrita por José Luis Roncallo. Ocurre que Villoldo no sabía música, así que le pidió a Roncallo que lo escribiera por él.

Comentario aparte: Es irónico que un tango que, para poder ser tocada en un restorán, tuvo que ser presentado como otra cosa, hoy sea ejecutado en formato concierto

Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México: «El Choclo»

De esta manera, nuestro personaje de hoy ya tiene un lugar ganado en la historia del Tango. Haber escrito la partitura y estrenado nada más ni nada menos que «El Choclo» no es poca cosa. Así que, dediquemos esta entrada de hoy a este músico de la Guardia Vieja.

Nació el 5 de octubre de 1875 en el barrio de Montserrat. La música era parte de su familia. Ya de muy joven sabía ejecutar piano, contrabajo y armonio. y ayudaba a su padre genovés en la armonización de los cilindros de bronce para los organitos y pianolas que fabricaba en la compañía que había constituido con su socio Rinaldi.

A los 17 años, José Luis ya pudo formar su primera orquesta clásica, que se presentaba en hoteles, restoranes y confiterías. Y es con una de estas orquestas que estrenó el Choclo.

En 1904 fue contratado como orquestador de un elenco de zarzuelas. Se trasladó a Rosario, ciudad donde vivió el resto de su vida.

En el local Varieté Casino de esa ciudad se presentaba un trío de piano, violín y bandoneón de José Luis Padula. Allí estrenaron un tango que tuvo gran éxito y decidieron publicarlo. Pero como Padula no sabía música, y tal como ocurrió con el tango de Villoldo, le pidió a Roncallo que viniese a escucharlo y lo transcribiera a partitura. Se trata del famoso «Nueve de Julio».

Horacio Salgán: «Nueve de Julio»

Así, por segunda vez de manera anónima, Roncallo hacía su aporte a la música ciudadana.

Obviamente, compuso sus propios tangos, pero que nunca llegaron a tener el reconocimiento de «El Choclo» y «Nueve de Julio». Tenemos, por ejemplo, «El purrete» de 1901, aquí en una viejísima grabación de la Banda de la Policia.

Banda de la policía: «El purrete»

También están Cuá cuá, Che, sacámele el molde, El rosarino, El americano, El porteño, Guido, La cachiporra, La cuerda floja, La pavada, Ni fósforos, No crea rubio, Parada, Revista, y Te pasaste. Pero mirá si estos tangos habrán sido olvidados, que no pude encontrar ninguna grabación, salvo por una transcripción para pianola…

J. L. Rocallo: «La cuerda floja»

Sé que existen una grabación realizada por la Banda Real Militar de Londres en 1905 de “Guido» y «La payada” (matriz 2.052 e, disco Victor 62.146-A) y otra de 1906 para Columbia de “¡Te pasaste!” de una heterogénea Banda Española (matriz 5.547-2, disco C 9). En 1907 la Banda de Buenos Aires grabó para el sello Odeón (etiqueta marrón) “¡No crea, rubio!” (matriz BA 298, faz 11.259). Pero no pude encontrar ninguna de ellas en las redes sociales.

En 1926, Roncallo dirigió una orquesta clásica femenina, en el Hotel Savoy. Pero esa sería una de sus últimas apariciones, ya que en 1929 sufrió una parálisis total. Los siguientes 25 años de su vida los pasó postrado, aunque lúcido, hasta su fallecimiento el 11 junio 1954. Fue enterrado en el cementerio de La Piedad de su amada ciudad de Rosario.

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